miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Qué hemos aprendido?


Tras cinco años ya, de larga y profunda crisis, me pegunto si hemos aprendido algo.  ¿Hemos aprendido que no se puede gastar lo que no se tiene? ¿Hemos aprendido que el control de costes y la eficiencia de las inversiones no son sólo variables a tener en cuenta en momentos de dificultad? ¿Hemos aprendido que el cliente/consumidor quiere propuestas de valor, relevantes y diferentes? ¿Hemos aprendido que si hacemos sistemáticamente una y otra vez lo mismo, no podemos esperar resultados diferentes? ¿Hemos aprendido que la innovación no es sólo una bonita palabra con la que quedar bien en determinados foros y que sin ella no hay futuro? ¿Hemos aprendido que el objetivo fundamental de una compañía es tener clientes? ¿Hemos aprendido que sin clientes no hay empresa? ¿Hemos aprendido que sin marketing no hay clientes? ¿Hemos aprendido que el marketing no es un gasto? ¿Hemos aprendido que nuestras empresas tienen que tener gente preparada? ¿Hemos aprendido que sin formación no hay preparación y por lo tanto no habrá resultados? ¿Hemos aprendido que el valor del conocimiento de nuestros empleados y nosotros mismos, es nuestra única garantía de futuro? ¿Hemos aprendido que el mercado es global? ¿Hemos aprendido que el emprendimiento no es otra de esas palabras manidas, sino que es fundamental para garantizar el futuro de una sociedad? ¿Hemos aprendido el concepto de los precios éticos y justos? Etc…etc..etc……

Porque si después de cinco años de crisis, después de millones de puestos de trabajo destruidos y de cientos de miles de empresas desaparecidas no hemos aprendido nada de esto, la verdad, es que es para matarnos.

Espero que hayamos aprendido que una empresa es algo muy serio. Que es una pieza clave en el desarrollo estratégico de una nación, porque más allá de proporcionar a la sociedad nuevos productos o servicios, proporciona empleo y desarrollo social, proporciona futuro. Y por eso, no se trata de tener empresas porque sí. Se trata de tener empresas que funcionen, que fabriquen cosas necesarias, sostenibles y sólidas. Nos hemos corrido una juerga salvaje, a todos los niveles, y ahora tenemos que pagar las facturas. Esto está siendo duro y todavía queda mucho sufrimiento. Ahora todos nos quejamos, pero no nos acordamos de la gran juerga que nos corrimos.

Como decía un ilustre jurista hace un tiempo, “deberemos acostumbrarnos de nuevo a disfrutar de la belleza de un simple puesta de sol, que por cierto es gratis”. Pues eso.

martes, 5 de febrero de 2013

¿Crémme o Avecrem?

Para los analistas de inteligencia, lo que está sucediendo era previsible. Toda crisis económica, de calado profundo, tiene un efecto pernicioso en los seres humanos que hace que toda la basura acumulada y sabida, aunque no denunciada, vea la luz y eso, produzca un deterioro aún mayor si cabe. Eso unido a los que usan esa situación con aprovechamiento para sus intereses hace que el ambiente se torne insoportable. Y es que a perro flaco, todo son pulgas. Lo que pasa es que las pulgas siempre han estado ahí y ahora, con la flaqueza se ven más.

En realidad, nada de esto me sorprende. Y eso es lo triste. La crisis económica ni ha alimentado la corrupción ni ha traído más corrupción, sino que genera el terreno perfecto para sacarla a relucir. La verdad es que mirando el panorama, uno obtiene una fotografía en la que no falta de "na" (como dicen en esta tierra): corrupción, supuesta corrupción, intencionada corrupción, secesionismo, crisis, paro, fracaso escolar,  imputados varios y en general muchas im "putadas" (con perdón). Un país del que, de verdad, podemos sentirnos orgullosos. Un país que, como decía un famoso articulista sevillano, nos creemos la creme de la creme y, a veces, no damos ni para caldillo de avecrem.

Lo que yo me pregunto es si es que de verdad somos así. Ya no digo los españoles, digo los seres humanos. ¿está en nuestra naturaleza? o ¿estamos muy mal formados? Decía un político islandés que un país educado presenta menos dosis de corrupción y de ineptitud. De ser así, tenemos un problema serio porque podemos inferir que estamos muy, pero que muy mal educados. Al leer estas líneas, habrá gente que me diga que me paso, que no es para tanto o que no somos los únicos o que no estoy haciendo bien con mis palabras. Pero eso, también forma parte de nuestra realidad como colectivo. Siempre encontramos la forma de no querer hacer un análisis objetivo de nosotros mismos o de excusarnos. Somos muy del "y tu más".

En realidad, creo que tenemos un grave problema como sociedad. Yo no sé cual es la solución, pero leí no hace mucho a un intelectual decir que la solución a estos problemas se encuentra en "tener buenas leyes, hacerlas cumplir con objetividad y rigor y, sobre todo, educar a la sociedad en ellas". Estoy de acuerdo.